La Inteligencia Artificial, ¿aliada o enemiga?
Hoy en día tenemos a nuestra disposición plataformas como ChatGPT que, a partir de unos parámetros, nos organizan viajes, nos redactan correos o incluso definen estrategias comerciales. Otras como Netflix o HBO nos recomiendan películas o series en función de nuestros gustos. Rápido y efectivo, acorde a la sociedad de la inmediatez en la que vivimos. ¿Pero realmente salimos ganando?
Nuestro primer impulso sería decir que sí, sin duda nos aporta un gran beneficio. La Inteligencia Artificial lleva años presente. Siri, Alexa y Hey Google ya son parte de la familia; la Conga y la Roomba también – en mi casa se llama Frankie y en la de mis padres es el ruidoso pero incansable Max. ¿Qué haríamos ahora sin estos asistentes?
Sin embargo, cabe reflexionar sobre el precio que pagamos por el ininterrumpido uso de la Inteligencia Artificial (“IA»). Con su auge, surgen importantes cuestiones éticas y de privacidad que las empresas no pueden pasar por alto, debiendo adoptar los medios necesarios para asegurar el uso y tratamiento responsable de los datos que se recogen a través de ésta.
Todos sabemos que Siri registra las preguntas que le hacemos, tiene acceso a nuestras cuentas de correo, datos bancarios, detalles de nuestro próximo viaje. Pero una aspiradora, como Frankie, también recoge datos personales. Durante cada programa, registra un plano de nuestra casa, sabe cuántas habitaciones hay y dónde están los muebles. Pero eso no es todo. También puede conocer nuestros hábitos y rutinas, cuándo estamos en casa y cuándo no, en función de la programación que le configuremos. ¿Y si además tenemos una cámara? El Centro Nacional de Seguridad Cibernética del Reino Unido denunció el hackeo de monitores de vigilancia de bebés para observar a las familias e incluso hablar con los menores. Sin las medidas de seguridad oportunas, un intruso espabilado podría acceder a todos nuestros datos.
Por ello es tan importante que, antes de realizar cualquier compra, verifiquemos la identidad del fabricante, su reputación y compromiso con la privacidad, así como cambiar las contraseñas predeterminadas y actualizar constantemente el software de nuestros gadgets.
Actualmente, se está negociando un Proyecto de Ley de IA presentado por la Comisión Europea que define un marco regulatorio común para el uso de ésta en la Unión Europea, que establece una serie de prohibiciones para las empresas, como las manipulaciones de comportamientos humanos o los tratamientos intrusivos para la privacidad, responsabilizándolas de los daños y perjuicios que se deriven de su actividad. Así pues, resulta fundamental que todas las empresas realicen auditorías internas y externas en materia de protección de datos. Difícil de olvidar son las sanciones millonarias que la Agencia Española de Protección de Datos está imponiendo al respecto.
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Lily F. Estrada
Abogada Senior del Área IT & IP y de protección de datos.